¿Qué significa belagile? ¿Qué es? ¿Por qué se le tiene tanto miedo a este ser?
Hola de nuevo, humanos.
Hoy, en el Arkano de la bitakora, descubriremos lo que es una belagile.
Sí, así es: aunque no te lo creas, hoy, el Basajaun, te va explicar lo inexplicable.
Lo primero de todo: quiero que te quedes con el artículo que he utilizado para señalar lo que es belagile. Te he dicho ahí arriba que es un ser… un… algo… ¿maléfico…?, pero también que es… una.
Dicho término como tal, belagile, fue dado a conocer a muchos humanos gracias al trabajo de una escritora, Dolores Redondo en su Trilogía del Baztán, de quien ya hablé con anterioridad. La archiconocida historia de la inspectora Salazar, no solo abrió al mundo la posibilidad de conocer ciertas creencias de Euskal Herria, sino que, también, la oportunidad de que todo el mundo asumiese que, tal vez… haya algunas… cosas… a las que es mejor dejar en paz.
Resumiendo, y sin entrar en detalles escabrosos, una belagile es, por definición, una bruja. Pero no una bruja a imagen y semejanza de las sorginak. Más bien, a imagen y semejanza de lo que los inquisidores del pasado buscaban para quemar en una hoguera. O, bueno… siendo más justos… a imagen y semejanza de lo que los inquisidores veían en las mujeres que quemaron en la hoguera.
Cuando expliqué qué eran las sorginak, intenté hacerlo desde un punto de vista etimológico. No fue la única forma que utilicé para explicarlo, pero creo que no estaría de más recordar lo que es una sorgina. Al menos, desde el punto etimológico del que os hablo.
Como ya expliqué en la anterior entrada de la bitakora dedicada a las sorginak, Sorgina es una palabra del euskera que podría desmembrarse como sor y egin. Por lo tanto, haría alusión a lo que hacían estas mujeres: hacer crear, que bien puede ser hacer nacer.
Una afirmación esta, que concuerda con lo que eran en realidad: comadronas. Parteras a las que quemaron en la hoguera por ser mujeres cultas en un mundo misógino, y que extraían medicinas y preparados de ciertas plantas para ayudar a las mujeres preñadas y a sus bebés.
Si, etimológicamente, hemos podido comprobar qué era una sorgina, en el afán de ser justos, haremos lo mismo con una belagile. Quédate, de nuevo, con el hecho de que el artículo, vuelve a ser una.
Belagile podría desmembrarse como belar y gile, donde belar es hierba, y gile, que hace. Es decir, que hace hierbas.
Pero, en la cultura de Euskal Herria, las belagile no eran tenidas por unas mujeres que preparaban pócimas y brebajes para sanar, sino… con fines oscuros. Una creencia esta, más acentuada en las tierras de Nabarra más colindantes con los Pirineos.
Belagile es una mujer perversa y malvada, cuyo alma es más negra que el carbón, y con un corazón corrompido por el Mal. Una mujer que ha vendido su alma al Maligno, a cambio del conocimiento necesario para dominar conjuros y prácticas esotéricas, con el único fin de servir al Mal. Y el Mal, para que esta mujer pueda llevar a cabo su cometido, otorga poder y conocimiento a la belagile.
¿Cómo actúa una belagile? ¿Qué es lo que hace para corromper a los hombres?
Según una creencia popular en estas tierras, la belagile utiliza el fruto del nogal, las nueces, como una de las formas de traspasar su maldad a los demás mortales.
La forma de este fruto, asombrosamente parecida a la de un cerebro humano, llevó a que lo utilizasen para llevar a cabo sus maleficios: al ingerir esas nueces…
… posiblemente embadurnadas con algún tipo de preparado alucinógeno: setas, sapos, semillas y plantas poseen estas cualidades, si se saben tratar adecuadamente, algo que ya dejé más que de sobra explicado en Aequitas Cultus…
… como te decía, al ingerir esas nueces, las víctimas acababan siendo sometidas por una belagile. Es decir… su voluntad, quedaba anulada.
Por ello, mientras la figura de las sorginak ha sido vista, y será por siempre, en Euskal Herria, como la de unas buenas mujeres que acabaron en la hoguera por poseer ciertos conocimientos, inexplicables para los incultos, apreciados y queridos por los demás, la imagen de una belagile es, para los no profanos, mucho más… oscura y terrible.
¿Es esto real? ¿Se trata de cuentos? ¿Historias para no dormir?
Esto, mi querido e inocente lector, es cosa tuya.
Real o no, a una belagile se le tiene miedo. Por lo que representa: la cara opuesta de una sorgina.
Por todo lo expuesto, no es, por ello, descabellado afirmar que una belagile es una sorgina. Una sorgina… obligada por el hombre inculto y misógino a pasarse al lado oscuro.
Algunos pensaréis, que esta es una afirmación con cierta base de fundamento, pero que no acaba de sostenerse del todo. Es posible. Pero, ahora, el Basajaun te propone un ejercicio que te abrirá los ojos: lee la entrada dedicada a la Inguma.
¿Lo has hecho ya? ¿Te he abierto los ojos?
¿Has comprendido que los malos, en diferentes culturas y épocas, son, muchas veces, las malas?
¿Te has quedado ya, con el hecho, de que en esta entrada nombro siempre a belagile con un artículo que denota femenino?
¿Sí? ¿No? Hummm… No te veo todavía muy convencido, de modo que…
… vamos a ir un poquito más allá…
¿Pudo en el pasado, alguna sorgina, tal vez, llegar a comprobar cómo se le desgarraba el alma por el dolor…
… al ver a alguna compañera, amiga o familiar, arder en la hoguera?
¿Pudo, tal vez, pasarse al lado oscuro por venganza?
¿Tan descabellado es? ¿Tan increíble te parece que se pueda actuar contra aquel que te arrebate aquello que quieres, o a quien quieres?
¿Tú qué harías?
¿Serías capaz de sacar aquello de dentro de ti, que incluso a ti mismo, o a ti misma, te da miedo?
¿Lo harías?
¿Serías capaz de pasarte al lado oscuro… si ese lado oscuro te ofrece la posibilidad de hacer que se cumplan tus deseos? Más aún: ¿y si ese lado oscuro te proporciona lo que necesitas para poder, ya no vengarte, si no… hacer justicia? ¿O lo que tú crees que es justo?
¿Culparías, entonces, a una sorgina a la que le hubiesen arrebatado a alguien a quien ella quería? Una madre, una hermana, una amiga, una hija…
No me contestes: sé la respuesta.
Para acabar, una pequeña reflexión al hilo de lo que ya te mostré en la entrada Inguma:
¿Conoces, o has conocido, o leído, o sabido con anterioridad… de algún belagile?
He dicho algún. No alguna.
Pues nada. Eso es todo por hoy. Y te recuerdo que…
Todo lo que tiene nombre existe
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