Llega a mis oídos, susurrado por Amalur, algo que me ha dejado desconcertado: la reforma de la plaza vieja de Saldaña.
Si, esta reforma de la que os hablo, lleva aparejada que dicha plaza pierda su esencia fundamental, para así dejarla más moderna, más mona, mejor habilitada y más chic, es algo que no sé. Desconozco si todo este asunto es algo que se está estudiando… algo que solo se está evaluando… o si es algo que se va a acometer. Si no es así, si solo es un bulo, no tengo apenas nada que decir, excepto que me ha creado mal cuerpo. Sí, a mí: al Basajaun. Por increíble que parezca. Pero si es así, si se está estudiando de verdad acometer una obra con el fin de remodelarla… me van a permitir, a quienes les competa, que desde la bitakora les muestre mi parecer.
Lo primero de todo es saber de qué lugar se está hablando. Muchos que lean esta entrada lo sabrán, sí… pero puede ser que alguno no lo sepa. Es por ello que, para meternos en faena como mandan los cánones, habrá que revolver el polvo del pasado y refrescar la memoria a más de uno y más de dos:
La plaza vieja de Saldaña es llamada así por los propios habitantes de la villa. Su nombre real es el de Plaza de doña Urraca. ¿Quién fue doña Urraca? Esta señora fue reina.
Sé que, para muchos, las reinas que hubo en el pasado en España se limitan a una sola de ellas (Ysabel de Castilla), e ignoran que antes de la tan renombrada Trastámara, hubo otra que dirigió al pueblo castellano: Urraca. Perdón… pueblo leonés, quería decir… pues en la época de la que os hablo, ésta reina lo era de León. Y sí, lo que estáis pensando es cierto: en esa fase de la historia el condado de Saldania poseía cierto autogobierno, pero no estaba unido, de facto, al condado de la emergente Castilla.
De hecho, y por poner un ejemplo muy sencillo, el condado de Saldania estaba ligado al reino de León de forma más que evidente, incluso eclesiásticamente hablando y durante siglos, hecho este demostrado con creces por un humilde servidor, mediante documentos de cientos de años de antigüedad, en la serie de diez entradas que ya le dediqué al minúsculo y perdido pueblecito de Carbonera.
Dicha reina, Urraca, murió en el castillo de Saldaña cuando daba a luz al tercero de los hijos de su amante (algo que ya deberíais de saber si habéis leído Aequitas Cultus, pero en fin…) el día 8 de marzo de 1126. No sé vosotros, pero que la plaza de un pueblo lleve con orgullo el nombre de una reina que murió en la villa, un hecho este de hace la friolera de casi novecientos (900) años… pues que es algo a tener en cuenta. Vamos, digo yo…
Más antiguo que el nombre de plaza de doña Urraca, o plaza vieja, es el de “Plaza de los marranos”. Esto, debería de abriros los ojos a lo que fue esa plaza en realidad, siglos atrás: la judería de la villa.
Yo, personalmente, o animalmente, cuando me paseo por ella… casi oigo a los comerciantes judíos cerrar tratos con los cristianos de la villa… y con algún que otro musulmán. Sí, porque no sé si sabéis que el caudillo musulmán que arrasó Saldania hace más de un milenio, devastando también el castillo, no fue el primer musulmán, o descendiente de musulmanes, que se dejó caer por la antigua Saldania. Me refiero a Abu Amir Muhammad ben Abi Amir al-Maafirí (tela con el nombrecito…), al que llamaron en su época “el victorioso”…
… que en árabe suena algo así como “Al-mansuur”, y al que los cristianos llamaron Almanzor.
Tras el paso del caudillo musulmán… la plaza siguió estando donde estaba. Y allí sigue.
Retrocediendo aun más en el tiempo, y nos vamos ahora hasta un milenio y medio atrás, el mismo Leovigildo, rey visigodo de la península Ibérica, tomó la villa a los cántabros. Hasta existen monedas acuñadas tras la derrota de los bravos y valerosos guerreros cántabros del norte:
Leovigildus Rex Saldania Justul
Del mismo modo que una iglesia más grande, o una catedral, suelen erigirse sobre anteriores estructuras de culto y oración más pequeñas, buscando que los devotos no dejen de ir al lugar que han ido desde siempre a orar, me cuesta muy mucho no creer que la plaza de Saldaña fuese ya en tiempos de Leovigildo… y antes, mucho antes… un lugar donde se reuniese la gente para, como pudieron hacer los judíos siglos después, comerciar. O, simplemente, charlar los unos con los otros.
Pero la guinda de lo que la historia le debe a la plaza vieja de Saldaña… y sin entrar a valorar los convulsos años en los que los Beni Gómez hicieron aparición, es lo siguiente:
Dos años y medio después de la muerte de Urraca, en el castillo de Saldania tuvo lugar un hecho histórico: la boda entre Alfonso VII Raimúndez (que heredó el título de Urraca y lo mejoró, porque se conoce que ser solo el rey le sabía a poco, denominándose Emperador) y Berenguela de Barcelona, en noviembre del año 1128.
Me he tomado la libertad de dejar este pequeño hecho para el final, sin seguir un estructurado camino por la historia, por lo relevante del mismo: para celebrar esta boda, en la plaza de los marranos hubo lo que denominaron “festejos taurinos”.
No existe constancia escrita, en España, de que otros festejos taurinos se hayan celebrado antes… que el que tuvo lugar en la plaza vieja de Saldaña.
¿Qué los hubo anteriormente y en otros lugares? Seguro. ¿Qué los anteriores y posteriores pudieron ser mejores? Por supuesto que sí. Pero, repito, la primera constancia escrita de que en un lugar de España hubo “festejos taurinos”, es la que hace referencia a la plaza de doña Urraca. A ver qué lugar de España supera eso, dentro del marco de algo tan propio de los españoles como lo es la tauromaquia.
Por todo lo expuesto anteriormente, si se quiere acometer una reforma estructural de la plaza vieja de Saldaña, para dejarla, como he leído por ahí…
“… con placas de granito en el suelo, similar a como puede estar, por ejemplo, la plaza mayor de Salamanca…”
… es algo que me parece un despropósito y un insulto a Saldaña y a la propia historia de España. Y si se hace, los habitantes de la villa tendrán que contentarse en el futuro con el recuerdo. O mirando viejas fotografías… donde añoren cuan bonita era la plaza, cuando conservaba su esencia tan particular e histórica.
Hace unos años se usaron piedras del castillo de Saldaña para reformar el puente que cruza el río. Apuesto que más de uno, y más de dos, de los que lean esta entrada, estarán de acuerdo en que había que haber intentado conservar el castillo lo mejor que se hubiese podido, para no tenerlo en el lamentable y patético estado en el que se encuentra en la actualidad.
No quiero con esto culpar a los que cogieron esas piedras en el pasado: sus motivos tendrían. Pero sí, que quede constancia de lo desangelado que es mirar ahora desde la propia plaza, al lugar donde la fortaleza cuidaba de la villa. Es triste y desalentador. Si estuviese en la actualidad en un estado aceptable y reformado… el marco del castillo, con un museo en su interior que recorriese la propia historia de la villa… sería sublime y cegador.
Un castillo donde se podrían haber mostrado muchas cosas del pasado, de la historia, y donde hasta los chiguitos podrían haber aprendido cómo se escabullían sus antiguos moradores de los ataques que sufrieron, por medio de los túneles que existen bajo la estructura. Túneles que se pueden apreciar en detalle en la siguiente imagen:
Dejemos la plaza como está. Y si se acomete una reforma, que sea consensuada y con el voto de todos los habitantes de la propia villa, quienes, me temo que, en una inmensa mayoría, no quieren que cambie. Y si lo hace, que sea siempre para mejor, pero conservando su verdadera esencia.
Este hecho, el proponer o estudiar una reforma con la aquiescencia de los vecinos, está generando ciertas tensiones en alguna que otra red social. Existen vecinos que, en lugar de limitarse a criticar, con pleno derecho y lo cual aplaudo fervorosamente, han llegado a faltar al respeto. Usan, para ello, un término despectivo para referirse a cualquiera que aporte su opinión al asunto… sin ser natural de la villa: garrapatillo. Un término que, como ya dejé patente y más que meridianamente explicado en “Mano grande, mano pequeña”, surge de la envidia regada con ignorancia. Y todo, porque sienten que la plaza les pertenece.
Y tienen razón. Pero no les pertenece menos que a aquel que, aun no siendo del lugar, sienta la plaza vieja como algo propio. Esa es la verdadera magia de la plaza de doña Urraca:
Cualquiera puede sentir que le pertenece, a pesar de que yo crea que, en realidad… todos le pertenecemos a ella.
Podría acometerse una reforma en base a mejorar algunas fachadas y aleros. ¿El fin?: evitar que se pueda llegar a producir algún accidente por desprendimientos.
Se podría mejorar la iluminación. Se podría hacer una especie de “lavado de cara” de los soportales. También, se podría arreglar alguna de las partes del adoquinado suelo, donde alguna de las piedras están sueltas.
Se podrían hacer muchas cosas y, todas ellas, seguro que estarían muy bien vistas por los vecinos. ¿Una fuente en medio de la plaza? A mí no me gustaría (sospecho que a los hosteleros del lugar tampoco, que algo podrán también opinar del sitio donde se encuentra su trabajo)… pero si los vecinos quieren dicha fuente, no tengo nada que objetar. Pero, en modo alguno, cambiar la estética de la plaza. Y si se cambia, que sea porque quieren los habitantes de la villa, y no un puñado de amigotes.
Una plaza esta, la plaza vieja de Saldaña, tan llena de historia, no se puede echar a los depredadores urbanísticos. Una plaza que, además de todo lo ya explicado, y por si fuera poco…
… no deja de recibir visitantes que sacan innumerables fotos en Semana Santa, verano, Navidades… a los escudos, los soportales, el propio suelo que la hace tan única y especial… unos visitantes que ignoran que…
… junto a las columnas de piedra que están a la vera de la casa del marqués de la Valdavia, tras una enorme puerta de madera se encontraba el ayuntamiento. Que tras él hubo cárcel. Que las propias columnas son todas distintas… porque los reyes y condes que hubo en el pasado las trajeron y colocaron ahí, como muestra del botín obtenido en incontables victorias en el campo de batalla…
Hablar de la plaza vieja de Saldaña es casi recorrer la historia de España. Y la historia no se puede remodelar: hay que conservarla.
Fotos obtenidas de historiageneral.com, youtube.com, hipnosnews.wordpress.com, facebook, castillodesaldana.es y senderosesotericos.wordpress.com,
8 Comentarios
Me ha parecido un artículo muy documentado, escrito con claridad, suscitando el interés por su contenido. En definitiva el broche de oro que estábamos esperando los que nos hemos involucrado en este tema, que, por cierto, coincide plenamente (excepto uno) con la opinión que se vierte en el artículo , que no se pierda la esencia de nuestra Plaza Vieja, así, con mayúsculas, aunque se acometan las obras que necesite para su conservación . Muchas gracias
Muchas gracias por tus palabras, María del Carmen. Un abrazo.
No entiendo por qué, parece que no quieres reconocer, tal vez esté yo equivocado, que Doña Urraca además de ser reina de León es también reina de Castilla, sino la primera, ya que la anterior reina de Castilla, Sancha, su abuela que es esposa de Fernando I, lo es solo por ser consorte del primer rey de Castilla.
Pero además, de esto, y no se si estoy en lo cierto, Fernando I recibe de sus padres el condado de Castilla y las tierras entre el Pisuerga y el Cea que había sido ganadas al reino de Leon, entre ellas Saldaña. Pero sus padres son Sancho de Navarra y Muniadonna Sanchez, siendo esta última hija de Urraca Gómez, la cual parece que es hija hija del conde de Saldaña, Gomez Diaz casado con Muniadonna Gonzalez, hija de Fernán Gonzalez. Su hija Urraca Gómez se va casar con Sancho Garcia, su primo, ambos nietos de Fernán Gonzalez, que van a ser los padres de Muniadonna Fernández, madre del primer rey de Castilla Fernando I que, precisamente recibe el condado de Castilla y las tierras entre el Pisuerga y el Cea, gracias a Muniadonna Fernández, nieta del Conde de Saldaña, Gomez Diaz.
Entiendo que Saldaña esté estrechamente ligada en aquella época al nacimiento del reino de Castilla al cruzarse con la familia de Fernán Gonzalez y llegar a traer en jaque al reino de Leon, sobre todo con los llamados “los infidelisimos”, que fueron el marido de Urraca Gómez, Sancho Garcia,y Garcia Gomez, hermano de Urraca y por ello los tres nietos de Fernán Gonzalez, llegando a gobernar Leon al menos 2 veces tras hacer huir al rey.
En primer lugar, Victoriano, darte las gracias por tu documentada aportación a la bitakora. Es un verdadero placer poder cambiar impresiones con alguien tan apasionado por la historia.
En segundo lugar, entonar un mea culpa: todo lo que aportas es cierto y ya lo sabía. Según los eruditos y estudiosos en la historia de España, Urraca fue reina también de Castilla. La primera, además. Y si quien sabe de esto de verdad, afirma que fue reina de Castilla, un humilde servidor no puede contradecirles. Sí que puedo matizar:
Yo, por mi parte, y llámame romántico y soñador, he considerado desde siempre que Castilla, como tal, fue independiente del reino de León, hecho este contrastado, y que no tuvo un verdadero poder administrativo hasta que se unió al reino de León (en el año 1230 si no recuerdo mal), denominándose después a ambos territorios, ya unidos, como Corona de Castilla.
Es cierto que tras la muerte de Fernando I, a Castilla se la comenzó a denominar como “reino”. Pero era un reino conformado por varios territorios, entre los que cabe destacar como uno de los más renombrados el condado de Saldaña, en los cuales, quienes ejercían el poder eran los nobles, condes en este caso. El rey estaba muchas veces atado de pies y manos para poder ejercer un control administrativo total sobre sus tierras, hecho este casi fulminado con la unión de Castilla y León, debido a que, según las leyes visigodas y navarras, el rey podía dejar en heredad sus tierras repartiéndolas entre sus hijos. Esto creó conflictos y guerras, y los territorios cambiaban de manos como aquel que reparte naipes en una mesa. Y los que entonces se definían como reyes, no podían ir a la guerra sin más: había que contar con la nobleza. Y el apoyo de estos nobles no fue precisamente algo barato para los reyes, por lo que serían “reyes de”, pero no mandaban en realidad sobre la totalidad de las que se suponía que eran sus tierras.
Por ello, y, repito, considérame si quieres un romántico, he creído siempre que Castilla ha sido un territorio que cambiaba de manos según los resultados de los diferentes enfrentamientos militares, y que como tal, como reino, no empieza a ejercer verdadero poder administrativo, comenzando aquí poco a poco a imponerse a la nobleza, hasta que se une definitivamente al reino de León, surgiendo de esta unión la Corona de Castilla.
De todas maneras, Victoriano, esta entrada no pretende nada más allá de mostrar un desacuerdo personal con lo que se supone que le puede llegar a pasar a la plaza vieja de Saldaña.
Un abrazo.
No es Urraca reina de Castilla también?
Así es Jesús. Lo que ocurre es que, como expongo en la respuesta a la documentada opinión de Victoriano, yo considero que fue reina de León, y que Castilla no fue un reino verdaderamente fuerte hasta su unión con el reino de León, por lo que, para mí, Castilla perteneció hasta ese momento más a los nobles que a los que se denominó reyes.
Un afectuoso saludo, Jesús.
Gracias por tu comentario.
Siento no estar e acuerdo, tal vez presa de mi herencia de sangre leonesa y mi nacimiento castellano, no coincidir con la afirmación de que Castlla no tuvo un verdadero poder administrativo y que hasta 1230 ambos territorios unidos en no conformaron la Corona de Castilla. Creo, precisamente que Leon y Asturias como reinos representan la tradición Visigoda-Romana en un estado de prefeudalismo que va degenerando hasta dar con el nacimiento de Castilla donde el feudalismo está ausente al constituirse una nueva sociesad como respuesta a la imperiosa necesidad de repoblar los territorios que se van reconquistando evitando que la cuenca del Duero continúe siendo “tierra quemada” despoblada y que fácilmente pudiera volver a ser conquistada por el islam. En Castilla por primera vez en Europa se rompe con la tradición europea del feudalismo típico de la Marca hispánica
(Cataluña)es decir la división social por estamentos y la imposibilidad de ascender desde el tercer estado o campesinado a la nobleza. Es en Castilla,y por necesidad de guerra, donde cualquier campesino puede armarse caballero para reconquistar territorios al islam y además el campesinado elige al conde, que con sus mesnadas, va a defender con las armas él territorio que ocupan los campesinos y artesanos ocupan acompañados del clero. Es el llamado “régimen de behetrías” donde sólo hay hombres libres. Son las teorías de Claudio Sánchez Albornoz que considera que Castilla en Europa es “una isla de libertad en un océano de exclavitud “. Castilla, rompiendo la inmovilidad de las estructuras sociales del prefeudalismo imperante en en reino de Asturias y Leon, de donde nace, se extiende con las nuevas libertades como un reguero de pólvora y acaba haciendo desaparecer la sociedad feudal de servidumbre que va a triunfar en Europa con el imperio carolingio y en la marca hispánica de este en Cataluña. Si bien es verdad que Julio Valdeon Baruque, medievalista y profesor del que suscribe, rebajó estas ideas de Sánchez Albornoz pero no las desautorizó. Es por ello que Saldaña y sus condes fueron con Fernán Gonzalez y descendientes los grandes autores del nacimiento de una entidad histórica que acabó con el feudalismo imperante y creó una sociedad nueva que comenzará con Isabel I de Castilla la era Moderna y la 1a gran globalización y generalización del humanismo renacentista con su defensa de lis derechos humanos que, hoy día, hacen que España pueda sentirse más orgullosa de su pasado que ninguna otra nación.
Por ell, solo decir que Castilla acaba con Leon, de forma pacífica porque militarmente tampoco hay otra salida.
La plaza Vieja, coincido contigo, merece una atención mucho mayor que la que tiene
Hola de nuevo, Victoriano. Un placer poder leerte de nuevo.
Es cierto lo que apuntas. Conozco las behetrías (Carbonera aparece en el Becerro), y si bien la historia nos dice que este tipo de régimen hacía que fuesen los campesinos quienes pudiesen elegir a los nobles, esta misma historia nos ha enseñado que, a la hora de la verdad, los campesinos elegían, según su criterio, a estos nobles, siempre teniendo en cuenta lo más importante para sus familias y no en lo que más le podía convenir a una población en cuestión. Estos mismos nobles elegidos por el campesinado, conforme fueron pasando los años, vieron cómo la Iglesia se alineaba con ellos, y no con los campesinos, con la única finalidad de fortalecer su posición. Y fueron estos pobres campesinos quienes, según el criterio del señor de turno al que obedeciesen, elegido por ellos o no, los que murieron en innumerables contiendas entre los diferentes señores, so pena de perder el derecho a trabajar las tierras del señor al que se supeditaban, o de arder en el infierno, según la Iglesia.
El régimen de behetrías daba potestad a una población en concreto para elegir a sus nobles, sí, pero estos, elegidos o no, solo miraron por ellos mismos. Y las behetrías, como tal, surgen de la necesidad de intentar “adueñarse” de las tierras que se encontraban despobladas entre los territorios cristianos y los musulmanes (lo que nombras como “tierra quemada”), donde durante muchos años se puede decir que imperó la ley del más fuerte.
Y, de nuevo, estoy de acuerdo contigo en el hecho de que España puede sentirse orgullosa de su pasado, al ser un lugar donde en muchos lugares, los campesinos pudiesen ser ellos quienes decidían a qué señor seguir o elegir, pero lo hicieron, muchas veces, coaccionados y supeditados al miedo que imponían los nobles y la Iglesia. ¿Que, a pesar de la forma de actuar de los nobles, pueda decirse que los campesinos tuvieron más libertad que en otros lugares, sea, por ejemplo, en Francia o Inglaterra? Eso no te lo voy a discutir.
Lo que sí que discutiré, a quien sea, es el motivo de la entrada en cuestión. La plaza vieja de Saldaña, y vuelvo a darte la razón, merece una atención mucho mayor de la que tiene. Para mí, debería de hacerse algo: ¿por qué no luchar para que se declare bien de interés cultural a nivel nacional…? Porque lo es. Pero perece ser que las autoridades competentes quieren hacer, o estudian la forma de hacer, de la plaza vieja, un chiringuito veraniego. Y son las cosas como esta, las que me enervan. Si, por el contrario, y como ya apunto en la entrada, se va a intentar acometer una reforma consensuada y con el apoyo de los vecinos, en la cual la plaza se verá mejorada pero conservando su verdadera esencia, no tengo nada que objetar.
Un abrazo, Victoriano.