Hoy, en la bitakora, vampiros.
Otro pavo al que se le va la olla y escribe sobre un tema tan manido, que ya se me están quitando las ganas de saber nada más. ¡Joder con el tío este! ¡Qué hábil! ¡No es casualidad que los haya escogido! ¡Sabe que estas historias venden, y quiere aprovecharlo! ¡Qué cabrón!
Craso error, mi querido lector, craso error. Te puedo asegurar que no fue esta mi intención.
Sí, lo sé… es posible que alguno piense que no es una casualidad que haya escogido precisamente a los vampiros, tal vez los seres oscuros que más se han utilizado en las historias tenebrosas de los humanos, con el fin de atraer a más lectores. Y que no sea una casualidad.
Acertáis: no lo es.
Pero no lo es, porque conforme me documentaba para la historia, descubrí un par de cosas que me dejaron sin palabras. Y no fue por casualidad. Yo ya traía rumiado de atrás ciertas cosas que muchos humanos desconocéis sobre los vampiros, y que se alejan de lo que las historias para adolescentes os quieren mostrar. Una casualidad oscura y tenebrosa pudo ser (y que a algún humano le pueda hacer sentir un escalofrío por la espalda, no os miento), que al terminar de escribir la entrada Sorginak, comprobé que el texto final tenía 666 palabras. ¿Casualidad?
Si crees que te vas a encontrar en Aequitas Cultus unos vampiros al estilo de Crepúsculo, te equivocas. Lo siento, pero no me parece romántico que una adolescente salga en el texto diciendo que se está enamorando de un no muerto, y que dude entre él y un hombre lobo cachas. Entiendo y respeto que este tipo de historias tengan sus seguidores, aunque ni a mí, ni a Basandere, nos hagan especialmente tilín. Lo entiendo. Lo que no entiendo es que la joven humana dude entre un paliducho con los dientes largos, y un tío guaperas más cuadrado, y más fuerte, que Supermán. Aunque no se le note el paquete por no llevar un pijama ajustado.
Apreciaciones a parte, no me extraña que se haya querido explotar el filón en el cine. Pero yo he querido volver a los inicios, al germen real, sobre este oscuro mundo de los chupasangres.
Si, por el contrario, crees que te vas a encontrar a estos seres tal y como se nos muestran en Drácula, de Bram Stoker (magnífica la versión cinematográfica de Coppola de 1992, donde sí que me creo que haya un romance entre una muchacha y un no muerto, y que no se trate de un no muerto cualquiera)… vas un poco mejor encaminado. Y sí, también en Aequitas Cultus aparece Vlad III…
… el príncipe de Valaquia, el personaje histórico que Stoker nos presentó a todos como El Conde Drácula. Pero…
… pero yo le doy una vuelta de tuerca al tema. Una vuelta de tuerca oscura y real. Algo que muchos humanos desconocéis, y que tal vez os haga replantearos de otra manera el tema de los vampiros… espera un momento… ¿qué es eso que se ha movido detrás de ti…? ¿No lo has notado…? ¿Tienes la ventana cerrada? ¿Seguro? ¿Se ha movido sola la cortina de tu habitación… o hay algo ahí…? No habrá sido nada…
Volviendo al tema que nos ocupa… ¡otra vez! ¡¿Lo has visto ahora!?… ¿No? Bufff… lo siento, habrá sido de nuevo mi imaginación… no te preocupes… habrá sido el Tarttalo estornudando… y se ha movido la cortina un poco…
Pues eso. Quería decirte antes de esa interrupción… que tal vez te hagas preguntas que no te habías hecho hasta ahora. Y mucho me temo que los vas a ver de otro modo. No miento. Algo que tiene que ver con los primeros estudios humanos sobre estos no muertos.
Algo muy oscuro… y muy real.
Como reales son los nexos de unión históricos entre estos seres… y una persona, y un lugar, dentro del Valle del Salcedón.
¡No puede ser…! ¡666 palabras otra vez!…
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