Zuberoa y Roberto

Zuberoa y Roberto

Continuamos de nuevo en la bitakora dando la voz a aquellos que, o no pueden protestar, o no les dejan porque son la cara más vilipendiada de la pútrida sociedad que habéis creado. Vosotros, los humanos, y vuestras ansias de un mundo bucólico y perfecto sacado de las campañas de marketing de las grandes multinacionales a las que pedís que os den todo hecho. Yo me temo, muy mucho, que el día que alguien invente una máquina para limpiar el culo a los humanos, se haga muchimillonario.

En fin… seguimos.

Anteriormente ya hablé de Irati y su derecho a ser tratada como una niña más. Permitidme recordaros que el derecho de Irati, es el deber de la Administración (a quien corresponda, que se la amarre al rabo).También lo hice de Pablo Olmos, siendo en esa ocasión él mismo quien os ha dado una lección a todos. Hoy volveremos a meter el dedo en la llaga: Zuberoa y Roberto.

Imagen obtenida de deia.com

Zuberoa tiene espina bífida. Por ello, se tiene que valer de una silla de ruedas. Roberto, según me cuentan, también ha de valerse de una silla con ruedas. Ambos dos han decidido hacer un crucero por el Mediterráneo, que partirá, como muchos otros cruceros vacacionales, desde Barcelona. Y se acercarán hasta la ciudad condal en tren. Queriendo garantizarse la posibilidad de disfrutar del viaje como desean, han contratado el crucero con un año de antelación, asegurándose así un camarote adaptado en el barco. Hasta aquí, todo correcto. Sé que las vacaciones de lo que denomináis dos “discapacitados” no es algo que muchos veáis como bucólico y perfecto, pero también a mí los que señaláis con el dedo a los que no son como vosotros, me parecéis una mierda. De modo que… continuemos…

El trayecto en tren lo van a hacer en un Alvia. Estos aparatos disponen de una tecnología que parece sacada de la N.A.S.A… y de solo una plaza para silla de ruedas. Así que, de manera muy cortés, les han pedido que vayan en dos trenes, por separado, o que pueden ir en autobús donde, si suben ellos solitos hasta su asiento, les llevarán como unos perfectos caballeros las sillas de ruedas hasta el maletero. ¡Toma, toma y toma!

No me extenderé más. Sacad vuestras propias conclusiones. Yo, después de saber de cosas como ésta… tengo muy claro quiénes son los discapacitados de vuestra sociedad de mierda.

La pregunta es…: ¿y vosotros?

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2 Comentarios

  • Lo he vivido de primera mano. Soy autobusera y cada vez que una pareja de personas en silla de ruedas querían ir juntos en el bus tenían que llamar para que les pusieran un bus diferente q estaría adaptado para dos sillas. He sentido en carnes la vergüenza de tener que dar esa explicación en una empresa pública llamada Euskotren, en la que curro y que es pagada por la administración pública.
    Como conductora creo q es el peor trago q me ha tocado pasar.

    • Raquel, no te crees mala sangre. La culpa es de empresas que, pertenezcan a la Administración o no, ven en la gente un número o «algo» a lo que poder facturar. Y sí, te entiendo cuando dices que has podido llegar a sentir vergüenza, pero piensa, por favor, que la culpa no es tuya. Un abrazo.

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