Gárgolas.
No, humano: en esta entrada de la bitakora no te vas a encontrar con una explicación pormenorizada, histórica y arquitectónica, de lo que son esas esculturas que se asientan sobre innumerables edificios. Pero sí que comentaré algo que es bastante más aterrador de lo que la evocación de la imagen de una Gárgola, nos puede transmitir.
Las Gárgolas, dan miedo. Parte de su función, es esa. Un ser que puede llevar a los humanos a pensar en el horror que se encuentra “al otro lado”.
Si se tiene en cuenta que la mayoría de ellas se encuentran en los tejados de edificios que rinden culto al Dios de los cristianos, no es descabellado pensar en que el hecho de colocarlas ahí, bien visibles, no es más que para asustar. Para asustar a los pobres incautos que, cohibidos por un más allá aterrador, esperan una especie de consuelo dentro de los muros sobre los que se asientan las referidas Gárgolas.
Que creáis en Dios, o en un «algo», está bien. Es más, lo necesitáis. Le llamáis de muchas maneras, según sea el lugar donde hayáis nacido. Pero creéis en Él, por la necesidad de creer en algo poderoso que os cuide, siempre en un plano más… elevado, no por lo que pueda hacer por vosotros en este podrido y asqueroso mundo que, vosotros mismos, habéis creado.
¿No lo ves así? Deja que te haga una pregunta:
¿El salario que llevas a tu casa todos los meses, si es que eres de los afortunados que pueden presumir de algo tan prodigioso, nace de tus creencias y de rezar con convicción… o es más bien, el resultado de tu esfuerzo y sacrificio, todos y cada uno de los malditos días que te ha tocado vivir?
No me contestes. No es necesario.
¿Y… por qué trabajas? ¿A cambio de qué lo haces?
Eso es: por dinero. Y es este, el dinero, el que hace que todo, absolutamente todo, gire en el mundo a su alrededor.
¿No es aterrador? ¿No lo es más… que una Gárgola?
Si es aterrador pensar en esta idea… imagina el hecho de no tener dinero. De no tenerlo, o de no poder disponer del suficiente para afrontar lo que el día a día te exige… o lo que es aún mucho peor: de que no se proporcione el necesario para acabar con ciertas injusticias. De que haya gente, instituciones más bien, que no suelten la panoja para ayudar a aquellos que más lo necesitan.
Te han bombardeado tantas veces con esta idea, que es posible que estés anestesiado. Que ya no te importe lo que a otros les pueda llegar a pasar, siempre que tú y los tuyos dispongáis del dinero necesario para no pasar penurias.
Pero… ¿y si te toca la china? ¿Y si, un buen día, y a pesar de las probabilidades en contra, según ciertas estadísticas, te toque de lidiar con un problema que lleve asociado el hecho de sufrir porque haya instituciones, organismos gubernamentales y privados, que no estén dispuestos a soltar ni un real… porque no es viable? O, mejor dicho, porque no es… ¿rentable?
Pues bien, humanos: esas chinas, tocan. La lotería no te tocará… pero estas desgracias sí que están a la orden del día. Más de lo que crees.
Araitz, Ixone y Unai, tres criaturas a las que les ha tocado esa china, sufren de lo que llamáis enfermedades raras. Tres hermanos diagnosticados con el síndrome de Sanfilippo. Tres hermanos que hoy tendrán su voz aquí, en el Ágora de la bitakora, tal y como viene siendo habitual en este espacio.
Naiara García de Andoain, su amatxu, una luchadora y combativa amatxu, todas lo son, lleva tiempo peleando contra viento y marea, en pos de cercenar la maldita suerte que les ha tocado a sus hijos, y a ella misma, por Sanfilippo. Una enfermedad con efectos tan devastadores y crueles, tan terroríficos que, he leído por ahí, llevó a comparar a las pobres criaturas que la padecen con las Gárgolas de las que te he hablado antes.
Naiara solo es una. Una de muchas amatxus que sufren y pasan por lo insoportable, con el único fin de dar lo mejor a sus hijos. Lo que está teniendo que sufrir es tan inhumano, tan horrible y descarnado, que no voy a ser yo, el Basajaun, quien te lo cuente. Lo va a hacer ella misma.
Señores de las farmacéuticas, negocios multimillonarios que basan sus pingües beneficios en el sufrimiento humano, a quien le competa dentro del organigrama de cualquier estado del mundo… ¿es que no van a hacer nada? ¿Van a seguir impasibles ante esta innominia, basando sus argumentos en meras estadísticas o pasándose la pelota los unos a los otros?
Humanos… rezar no es suficiente. No, mientras exista el dinero. No, mientras la necesidad y la carencia de este último, siga dando más miedo, real, que las Gárgolas que se asientan sobre los edificios de culto. Tal vez se deban quitar todas esas esculturas y cambiarlas por unos buenos fajos de billetes. Tal vez debas no solo oír, si no también ver con tus propios ojos, por lo que está pasando Naiara. Te recuerdo que solo es una de muchas:
Tal vez… hasta tú puedas hacer algo. Sí, tú, el que lee esta entrada de la bitakora. Te lo pido yo, el Basajaun. Te lo pide Naiara.
También te lo piden, el resto de padres del mundo que están pasando por algo así.
Que sea por Sanfilippo, o que sea por otro motivo, es lo de menos.
¿O te lo tienen que pedir ellos?
¿O, tal vez… ella?
Te he comentado más arriba, que hace ya unos añitos se asemejó la imagen de las pobres criaturas afectadas con el síndrome de Sanfilippo, con las Gárgolas. Por su aspecto.
Pues bien… si esta es la imagen de las Gárgolas…
… créeme cuando te digo…
… que cuan bonitas son.
Lo verdaderamente aterrador, es que no hagas nada.
«Si alguien tiene el poder de hacer algo, y ese algo es bueno, no hacerlo es en sí mismo una forma enmascarada de la maldad»
Imágenes obtenidas de elcorreo.com, redsanfilippo.org, notiulti.com, diariovasco.com, mugalari.info, abc.es, thehumansnetwork.com, zorrotzainfo.wordpress.com, antena3.com, diarideterrassa.es y pixabay. Vídeo ETB.
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