Ha existido desde siempre la manía, costumbre más bien, de poner motes a los habitantes de cualquier sitio, con el fin de diferenciarlos de los de otros lugares. Una costumbre (la de poner motes no a un individuo, sino a los vecinos de un emplazamiento concreto) que, o bien puede ser debido como algo diferenciador y específico, o se trata de algo despectivo.
Sobre este tipo de costumbres, y, más en concreto, sobre el llamar de una manera específica y desdeñosa a cualquiera que no sea oriundo de la comarca Pallantina de La Valdavia, ya dejé patente y bastante clara mi posición cuando pude expresarla en Mano grande, mano pequeña: considerar a un foráneo de la Valdavia como un garrapatillo, ese pequeño insecto que se dedica a alimentarse del grano de las tierras hasta dejarlo hecho una mierda, y que ni hecho harina tragan con gusto los rumiantes, no puede ser considerado más que como un mote displicente que nace de la envidia regada con ignorancia, calzada de falsedad y tocada con un gorro de prepotencia, frase esta en cursiva, sacada, literalmente, de las páginas de mi segunda novela, Mano grande, mano pequeña.
Dejado este punto claro, me centraré en esta entrada de la bitakora en el mote que trata de diferenciar a los individuos de un lugar. Y el lugar en concreto al que me refiero no es aquel donde transcurren los hechos de la novela, sino otro que está muy cerca. Me refiero a Polvorosa de Valdavia, una humilde pedanía de las muchas que jalonan Pallantia de norte a sur.
A los habitantes de Polvorosa se les ha conocido desde siempre como raposos. Desconozco si se les ha llamado así secularmente, si es ciertamente ofensivo, o si solo se trata de una manera de diferenciarlos de los vecinos de otros pueblos. A mí, al Basajaun, me da en la nariz que no se trata de algo despectivo per se, sino de una manera de diferenciarlos. No es algo que pueda corroborar, pero es lo que yo creo.
El raposo es listo, hábil, cuidadoso y astuto. Por ello, me cuesta creer que se les denomine así con la idea de tocarles un poquito los cojones. Para esto, para tocar la moral y ningunear a otros seres, los humanos os bastáis de sobra. Y sin ayuda. No es que seáis malos por naturaleza, me cuesta creer que Mari os crease con la sola idea de que hagáis el mal allá por donde os encontréis, pero no me negaréis que gran parte de vuestra vida sois unos personajes bastante hipócritas, y faltos de la humanidad que se supone que tenéis.
Pero hay excepciones. Y hete aquí que este es el verdadero motivo de esta entrada en la bitakora.
En este pequeño pueblecito del interior de Pallantia, Polvorosa de Valdavia, los dos últimos años se han dado unos hechos, cuanto menos, reseñables. Cuanto menos, a tener en cuenta; cuanto menos, dignos de ponderarse como se merecen. Y promovidos por humanos. Unos hechos que demuestran que, si queréis, podéis llegar a ser maravillosos. Sí, vosotros, los humanos. Entremos en faena:
Tomando para sí el mote que se les pone a los vecinos de este pueblo, raposos, se vienen haciendo desde hace un par de años unas quedadas moteras.
Sí, estos tipos raros vestidos de negro que parecen siempre enfadados, que pueden llegar a dar casi hasta miedo si te salen de noche en un callejón oscuro, y que montados en sus motos parece que son una especie de tribu a parte que no se mezcla con nadie que no sea como ellos.
Humanos que hacen ruido, que escuchan grupos música que hacen mucho más ruido aun, y que se pasan el día bebiendo cerveza como si se fuera a acabar el mundo. Menudos tipejos, ¿no?
Si has contestado que sí en tu cabeza, a la pregunta que cierra el párrafo anterior, permite que te diga que eres un hipócrita de mierda. Un sinsopas nauseabundo que no merece compartir con este colectivo, el motero, ni el aire que respiran. Si has contestado que sí a esa pregunta, te voy a desmontar tus pobres y coaccionadas convicciones, fundamentadas en lo que te han grabado en la sesera aquellos que tienen miedo a todo lo que no sea algo que ellos mismos controlen. Porque este colectivo, el motero, no es algo que se pueda controlar.
Porque no quieren ser como los demás, porque aborrecen que se les encasille como lo están otros, y porque se dedican a disfrutar de la vida, mientras tú, tal vez, solo la contemplas desde la comodidad de tu sillón en casa viendo la caja tonta o enredando con el móvil.
Los moteros basan su forma de vida en… vivirla. Y la sensación que les proporciona montar sus motos, se da la mano con la libertad.
Libertad para escuchar la música que otros odian, libertad para cabalgar a lomos de una vida plagada del olor a goma quemada, gasolina y cerveza. Por ello, porque son unos perturbadores revolucionarios, porque tienen pinta de ser unos descontentos con el sistema establecido, se da por hecho que son un grupo a parte. Unos rebeldes.
Como muestra de lo hipócritas e ignorantes que podéis llegar a ser los humanos, me vais a permitir recordaros que el hombre más rebelde que existió jamás, fue crucificado hace dos mil años por saltarse todos los convencionalismos de la época. Y a día de hoy, sus ideas, aunque disfrazadas y tergiversadas, son las que siguen millones de humanos en todo el mundo. Un rebelde. Un tipo que, bien o mal visto, intentó ayudar siempre a aquellos que lo necesitaban.
Pues bien… este vilipendiado colectivo, el motero, se da cita desde hace unos años en una concentración motera con el fin de pasarlo bien, escuchar la música que a ellos les gusta, beber unas cervezas con otros como ellos… y aunque muchos los crucifiquen precisamente por ser unos rebeldes… han creado esa quedada motera con el fin de recaudar un dinero, que luego se donará a una asociación que lo necesite de verdad. En el caso de este año es a la Asociación Española de Lucha contra el Cáncer. Pues eso, unos tipejos raros.
La quedada motera “Raposos”, que toma ese nombre al hacerse en la pequeña pedanía de la que os he hablado más arriba, se puede jactar de ser una fecha a señalar dentro del calendario estival… si es que no eres un borrego. Sí, porque no sé vosotros, pero quedar para tomarse unas cervezas, hacer una comida popular…
…escuchar esa música que se mete dentro del sistema nervioso…
…comprar boletos para una rifa, comprar pegatinas, parches, camisetas o pulseras del evento…
…charlar agradablemente durante una buena sobremesa, cenar panceta asada en un buen fuego… todo con sus motos como protagonistas, cuando a quienes hay que ponderarlos como tal, protagonistas, es a los propios moteros. Todo con el ánimo de recaudar un dinero, siempre donado a una buena causa.
Os he comentado que habrá música de verdad, ¿no? Serán estos otros tipejos raros.
La culpa, o la mayor parte, de que esa fiesta sea posible, la tienen los propios vecinos de Polvorosa, con un par, ayudados por diversos comerciantes del entorno que donan regalos y útiles varios con el fin de que sean sorteados durante la sobremesa, previa compra de los pertinentes boletos cuyo dinero recaudado engrosará la cantidad total a donar. Quisiera dejar constancia aquí, desde la bitakora, del esfuerzo que los vecinos y comerciantes hacen por una buena causa, haciendo realidad una fiesta en la que caben todos.
Para acabar, y con la convicción de que será una jornada estupenda, al igual que los anteriores dos años que se ha realizado la quedada motera, un humilde servidor aparecerá por allí. Otro raro. Un rebelde más. Otro que tiene pensado pasar una jornada inolvidable en compañía de moteros y vecinos, escuchando música no enlatada y bebiendo unas cervezas. Y compraré varios boletos para la rifa porque, aunque no me toque ningún premio, saber que ese dinero acabará donde se necesite… eso sí que es un regalo.
¿Quieres saber cómo poder ir? ¿Cómo poder hacerte con el ticket que te dará derecho a pasar un día de puta madre? Me refiero a la comida popular, porque ir, puedes ir cuando te de la gana. Pincha aquí. Recuerda que el dinero irá a la Asociación de Lucha Contra el Cáncer.
¿Te lo vas a perder?
PD: el Basajaun donará a la organización seis libros, seis, para que sean sorteados en la rifa. Tres ejemplares de Aequitas Cultus…
y tres ejemplares de Mano grande, mano pequeña.
Todos dedicados.
Os espero ver por allí. Paso lista.
(Fotos obtenidas del grupo de facebook Raposos comunidad motera)
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