Carbonera VI

Carbonera VI

En las anteriores entradas de la bitakora, las referidas a Carbonera (I, II, III, IV y V), hemos intentado demostrar si el escrito tallado en la pared de la iglesia es real. Y no solo hemos descubierto muchas cosas, sino que también, con ellas, una parte importante del pasado histórico, y real, de este perdido lugar.

Pero nos quedó pendiente, en la última entrada, lo más difícil: demostrar que Los Señores Carboneras fueron “hidalgos de ejecutoria”, hecho este que llevará a confirmar por entero, y a demostrar mediante documentos reales, que el escrito tallado es fidedigno con la historia.

¿Recordáis que os comenté que las pruebas que demostraban esta parte, la hidalguía litigada y demostrada, habían acabado en mí poder? Bien, pues fue de la siguiente manera. Y creedme, al principio… fue desalentador:

Lo primero de todo fue seguir los consejos que me dio por teléfono Pilar Rodríguez, la responsable del Archivo de la Diputación Provincial de Palencia. Me dijo que, si bien se podía afirmar que Carbonera era un lugar muy antiguo (hecho este demostrado en las anteriores entradas, en base a lo que don Manuel y ella misma, Pilar, me habían aportado), el mejor lugar donde podría seguir investigando era en el propio archivo de Saldaña (y no en el de la Diputación Provincial de Palencia), donde, sin duda, tenía que haber algún tipo de documento que me ayudase en mi búsqueda. El por qué, según Pilar, era muy sencillo: Saldaña, y alrededores, ha sido desde hace siglos un sitio habitado y, por lo tanto, el tipo de documentos que yo necesitaba para seguir con mi investigación, debían de estar en el propio archivo de Saldaña.

Fui al ayuntamiento y pregunté por la posibilidad de buscar en el archivo. El muchacho que me atendió, hasta arriba de trabajo, pues sus compañeros debían de estar de vacaciones o comulgando por los bares, me dijo que para poder acceder a él, al archivo, debía de hacer una petición por escrito. No lo entendí, y le pregunté por este hecho (don Manuel me permitió acceso al archivo de la catedral de León, no a cualquier archivo, al de la catedral de León, sin tener que solicitarlo por escrito). Y me contestó diciéndome que debía de comprender que no se puede dejar entrar a una persona en el archivo así como así. Que no habría, en principio, ningún tipo de problema, pero que debía de presentar mi petición por escrito. Se hacía así, y que no había que darle más vueltas.

Esto último sí que lo entendí y, tras rellenar un impreso donde solicitaba acceso al archivo, se lo entregué y me marché del ayuntamiento.

Una semana después recibí una carta firmada por el alcalde de Saldaña, donde se me concedía permiso para poder visitar el archivo, sin problemas, pero que no se me dejaría hacerlo solo: debía de entrar acompañado por alguien del ayuntamiento. Esto también lo entendí, y no me pareció mal en absoluto, y guardé la carta sabiendo que podría visitar el archivo.

Una semana después de estos hechos, las cosas de palacio van con despacio, abordé al alcalde a la salida del ayuntamiento, cuando salía acompañado de más gente que, como él, recorrerían los bares del pueblo para beber la sangre de Cristo antes de la transubstanciación. Y le pregunté por la posibilidad de acceder al archivo.

En aquella conversación, muy respetuosa, y donde el alcalde se mostró en todo momento afable y con aparentes ganas de ayudarme, le comuniqué, un poco por encima (no quería entretenerle) la búsqueda en la que estaba inmerso, y me dijo que en el archivo de Saldaña no encontraría nada de lo que estaba buscando. Que él mismo había trabajado en él, y que le constaba que no había nada sobre ese tema.

¿Qué no había nada sobre ese tema? ¿Acaso este hombre ha buscado algo referente a los nobles que habitaron en el pasado en Carbonera? Joder… pues me vais a permitir que lo ponga en duda, pues no sé de nadie que se haya preocupado de una búsqueda tan minuciosa con cualquier cosa histórica, de hace siglos, que tenga que ver con Carbonera. No, hasta que me he puesto yo a ello. Si lo hubiese, existiría algún tipo de libro o documento que lo plasmase, y Pilar Rodríguez ya me dejó claro que dentro de la provincia de Palencia, en el propio Archivo de Palencia, no había apenas mención a Carbonera. En fin…

Si os soy sincero, a mí me dio cierto tufillo a que quería deshacerse de mí, los demás le estaban esperando para tomar un vino, y me dije a mí mismo que lo que el alcalde quería, era quitarme la idea de la cabeza. Idea que no le agradaba al haber gente del ayuntamiento de vacaciones, pues si yo accedía al archivo debía de ser acompañado por alguien, y quince días antes yo mismo pude comprobar que la casa consistorial no estaba precisamente sobrada de personal.

Triste por este hecho, y un poco enfadado, todo hay que decirlo, no quise resultar una carga para nadie y traté de conseguir la información de otro modo, procurando olvidarme de que el alcalde de Saldaña no me había servido de nada. Y por segunda vez.

Perdón… que esto no os lo había contado…

Veréis…

Antes de intentar acceder al archivo de Saldaña, estuve en un acto cultural en la iglesia de San Pedro, sita también en este lugar. Una iglesia que sirve de pequeña muestra, museo, de las cosas que se han podido encontrar en la Villa Romana de La Olmeda (me cuesta mucho creer que en España hay otra villa romana tan fantástica), y que ha sido reiteradas veces usada, la iglesia, como un escenario fabuloso donde el grupo de teatro “La Bicicleta”, formado por vecinos de Saldaña, ha actuado varias veces. Grupo de teatro que también ha actuado en la propia Villa Romana de la Olmeda, y donde tras disfrutar de la obra “Antígona”, de Sófocles, y en el incomparable marco que ofrece esta villa romana, se ratificó en mi mente la idea de que cualquier edificio, de cualquier lugar, me refiero a lugares con cientos de años de antigüedad, deberían de usarse para este tipo de cosas. ¿Antígona representada a solo unos metros de mosaicos de casi dos mil años? Impagable, podéis creerme.

Subida a la iglesia de Carbonera

Pues bien, en el acto cultural de la iglesia de San Pedro de Saldaña, se hizo entrega del décimo premio “Villa Romana de la Olmeda” a Margarita Torres (historiadora, escritora y concejala de cultura del ayuntamiento de León), por su trayectoria al divulgar la propia villa romana allá por donde va. Bonito acto, donde pude comprobar que entre la historiadora y el alcalde de Saldaña había cierta complicidad. Y me dije que esto podría ayudarme en mi búsqueda, y llamé al alcalde de Saldaña por teléfono. Le pregunté por la posibilidad de solicitar la ayuda de Margarita en una búsqueda en la que estaba inmerso, y me dijo que, si bien podría ponerme en contacto con ella, que no le parecía correcto, cosa que entendí, y me animó a que la enviara una carta preguntándola sobre el tema. La envié una carta, y redacté un e-mail que envié al departamento de cultura del ayuntamiento de León…

… y hasta hoy.

Me dio rabia. Me dio rabia, porque estaba seguro de que si hubiese podido contactar con ella, siempre y cuando su trabajo y sus quehaceres la dejasen tiempo libre, podría haberme ayudado. Y más rabia me dio, cuando viendo un documental sobre el Santo Grial (sí, sí… el que se supone que es el verdadero vaso del cual se bebió vino en La Última Cena), un documental hecho por Discovery Max, y en inglés, salía ella misma enseñando el supuesto Cáliz de La Última Cena (Cáliz que se supone real, siempre según sus investigaciones, investigaciones que la llevaron a escribir, si no recuerdo mal, Los Caballeros del Grial), custodiado en León. A mí esto me daba igual, se supone que en Valencia también tienen el vaso sagrado, (hace cientos de años, en España, también se afirmaba que estaban enterrados los restos de los quince apóstoles, así que…) pero me daba rabia no haber podido contar con una persona que, sin duda, podría haberme ayudado. Siempre y cuando hubiese podido, y se hubiese prestado a ello, por supuesto. En fin…

Pero mis vicisitudes para tratar de encontrar algo referente a mi búsqueda, y con el alcalde de Saldaña, o el archivo de Saldaña, implicados… no se quedaron ahí:

Apenas una semana después de que el alcalde me animara a no buscar nada en el archivo, me enteré de que el archivo de Saldaña debe ser un sótano del propio edificio del ayuntamiento, o un piso cercano en otro edificio (de esto no estoy seguro), donde los documentos se encuentran apilados en cajas de cualquier manera, incluso tiradas por el suelo, y en un lugar, siempre según lo que me han contado (recordad que no he entrado en él), donde la humedad y las ratas campan a sus anchas.

Extraordinaria forma esta de conservar el pasado, sí señor.

¿Y ese es el sitio donde se supone que ha estado trabajando el alcalde en el pasado?

Me cuesta muy mucho creer que este hombre haya trabajado en semejantes condiciones.

Manda güevos

Pues nada… comentadas ya las peripecias para poder continuar mi búsqueda (es duro y tedioso esto de rescatar el pasado), continuaré con mi siguiente paso.

Pero eso… lo dejaremos para otro día… ji, ji, ji…

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